Mujeres, linaje y nobleza local en Yaxchilán

Women, Lineage and Local Nobility in Yaxchilan

Resumen

La representación femenina en los monumentos de la ciudad de Yaxchilán permite inferir parte de la realidad social de las consortes y madres de los gobernantes en la antigua civilización maya. En este trabajo se estudia el linaje y la nobleza local en la conformación política de dicha urbe, a través del análisis de la presencia de las señoras ˀIx K’ab’al Xook e ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? en el arte monumental maya. Proponemos que ellas fueron claves en el discurso y la proclamación dinástica durante los reinados de ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii y Yaxuun B’ahlam iv.

Palabras clave: epigrafía maya, política dinástica, endogamia, exogamia, período Clásico, historia de las mujeres, Yaxchilán.

INTRODUCCIÓN

El desciframiento del prefijo femenino en las inscripciones mayas ha ayudado a la plena identificación de madres, consortes, hijas y reinas en el arte y escritura del período Clásico (250-950 años dc) (Berlin 1959; Proskouriakoff 2001 [1961]). Las antiguas alianzas matrimoniales, el linaje, las relaciones de parentesco y los patrones de descendencia se han estudiado principalmente a través del análisis de los nombres femeninos registrados en los textos jeroglíficos, pudiendo así configurar y comprender las relaciones políticas y los vínculos establecidos entre las ciudades mayas (Schele & Mathews 1991; Josserand 2002; Martin 2008).

En la actualidad, las inscripciones que mencionan a mujeres son alrededor de medio millar. Existen interesantes e importantes alusiones femeninas en los textos del período Clásico Temprano (250-600 dc), sin embargo, la mayoría provienen de monumentos del período Clásico Tardío (600-950 dc). En este momento la expresión plástica aumentó significativamente con respecto a los siglos anteriores, y numerosas obras muestran en sus escenas a personajes de alto rango que no pertenecen a la realeza, tales como sacerdotes, guerreros, artistas y sajales (Stuart 1993; Houston & Stuart 2001: 73-74; Houston & Inomata 2009: 176). Asimismo, proliferaron las representaciones femeninas, sobre todo de consortes y madres de gobernantes, las que figuran como espectadoras, testigos y piezas clave en rituales y actos políticos.

Algunas de las imágenes femeninas y sus referencias jeroglíficas más prominentes proceden de la región maya de Usumacinta, cuyas ciudades capitales nos han legado un registro valioso para el estudio de sus mujeres. Entre ellas, sobresale Yaxchilán, pues cuenta con un corpus particularmente vasto que posibilita indagar en figuras específicas para, en cierta medida, delinear los roles de las mujeres en la élite y la forma en que se creó su representación. En este artículo me enfoco en el análisis de las señoras ˀIx K’ab’al Xook e ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm?, presentes en dichos monumentos, con el propósito de conocer sus actividades rituales y reflexionar sobre el rol que el linaje y la nobleza local desempeñaron en la política dinástica de Yaxchilán. Como veremos, sus imágenes definieron ciertas funciones de género en que la feminidad se convirtió en portadora de significados específicos.

LA SEÑORA ˀIX K’AB’AL XOOK

A fines del siglo xix, el explorador inglés Alfred Maudslay, examinando las estructuras arquitectónicas de la ciudad que hoy conocemos como Yaxchilán, quedó fascinado con dos dinteles de piedra que en su tiempo habían decorado los vanos de acceso de un edificio prácticamente en ruinas (García & Juárez 1990: 19-23). Estos monumentos, que retratan a una mujer ricamente ataviada, se elaboraron a principios del siglo viii dc, durante una época en que la urbe vivió uno de sus momentos más florecientes.¹ Los relieves capturaron la atención de Maudslay hace más de 100 años por su perfecta ejecución, y ahora llaman la nuestra por la extensa imaginería centrada en una mujer, cuestión que no suele ser habitual en la obra plástica maya.

Entre estos monumentos destacan los dinteles 24, 25 y 26 de esta ciudad, dispuestos en los vanos del acceso frontal del Edificio 23, identificado hoy como una “casa de mujeres” (McAnany & Plank 2001: 99-121; Plank 2004). El inmueble, dedicado en el año 726 dc, fue la casa de una mujer que ostentó el patronímico K’ab’al Xook, un linaje local de sajales, individuos de alto estatus que actuaban como gobernantes provinciales (fig. 1a).

Figura 1. Dinteles de Yaxchilán: a) detalle de ˀIx K’ab’al Xook en el Dintel 26 (Graham & von Euw 1977: 3:57); b) nombre jeroglífico ˀIXkabalaXOKki, dinteles 25 (G1) y 24 (G3) (Schele & Freidel 1999: 355 y 353); c) título “vasija invertida” (izquierda, Dintel 25 K2), ˀix kaloˀmteˀ (centro, reconstruido por la autora), y título en Dintel 24 (derecha, G2) (ilustraciones de la autora); d) nombre y títulos en el Dintel 24 (G1-3) (Schele & Freidel 1999: 354); e) Dintel 25 (M1-N1) (Graham & von Euw 1977: 3:55). Figure 1. Yaxchilan Lintels: a) details of ˀIx K’ab’al Xook on Lintel 26 (Graham & von Euw 1977: 3:55); b) hieroglyphic name ˀIXkabalaXOKki, Lintels 25 (G1) and 24 (G3) (Schele & Freidel 1999: 355 and 353); c) “inverted vessel” title (left, Lintel 25 K2), ˀix kaloˀmteˀ (center, reconstructed by the author), and title on Lintel 24 (right, G2) (illustrations by the author); d) names and titles on Lintel 24 (G1-3) (Schele & Freidel 1999: 354); e) Lintel 25 (M1-N1) (Graham & von Euw 1977: 3:57).

La parte principal de su cláusula nominal está compuesta por los siguientes signos (fig. 1b): el jeroglífico ˀix, un prefijo que introduce nombres femeninos en las inscripciones mayas; la palabra kabala, k’ab’al, ‘mano’; y el sustantivo XOKki, xook, el cual denota al tiburón toro (Carcharhinus leucas), que habita aguas dulces de ríos y lagunas, y que se relaciona con eventos mitológicos (Stone & Zender 2011: 202-203). Es probable que su nombre, ˀIx K’ab’al Xook, se entendiera como ‘señora [del linaje] K’ab’al Xook’.²

Gracias a los estudios de Tatiana Proskouriakoff (1963) sabemos que esta mujer fue la consorte principal del soberano ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii (años 681-742 dc) y, aunque no fue la primera mencionada en los registros del sitio, sí lo fue en ser representada.³ Su aparición se ubica de forma extraordinaria poco después del fin de la “edad oscura” de Yaxchilán –entre el siglo vi dc y comienzos del viii dc–, un período de crisis política en que no se erigieron monumentos y que habría transcurrido en la región bajo el dominio de la ciudad de Piedras Negras (Martin & Grube 2008: 121-123; Martin 2020: 157-158). Es muy probable que la señora ˀIx K’ab’al Xook, además de ser la consorte principal de ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii, fuera la primera de las tres esposas documentadas del mandatario pues, como veremos más adelante, ella ya formaba parte del gobierno de la ciudad en el año 681 dc.

A partir de otros ejemplos conocidos, es posible suponer que ˀIx K’ab’al Xook tenía entre 12 y 13 años al momento de su casamiento, tal como las señoras ˀIx Tz’akb’u ˀAjaw del sitio de ˀUhxteˀ K’uh e ˀIx Winaakhaab’ ˀAjaw de la ciudad La Florida. Es probable que la edad con que las jóvenes solían prometerse en matrimonio en la antigua élite maya fuera similar y, dado que las uniones entre la realeza y la nobleza respondían a acuerdos concertados entre los linajes, estos dependían de las alianzas, estrategias e intereses políticos de cada familia. Así, me parece que ˀIx K’ab’al Xook no era adulta en ese momento como se ha sugerido (Schele & Freidel 1999: 353-357), sino una adolescente, situación que podría explicar el hecho de que su(s) vástago(s) naciera(n) muchos años después.

A diferencia de otras representaciones femeninas del área maya, las imágenes de esta mujer no la muestran como espectadora de las actividades rituales del gobernante, sino como una participante activa: en el Dintel 24, que data del año 709 dc, la vemos en un acto de creación o penitencia (ch’ahb’il), el cual consistía en pasar una cuerda a través de su lengua (fig. 2). La cesta ubicada frente a ella contiene punzones y aguijones de mantarraya empleados en los sacrificios, así como cintas de papel con círculos oscuros que simbolizan la sangre derramada durante el ritual. Es posible que dichas cintas fueran quemadas y el humo resultante se ofrendara a los dioses (Nájera 1987).

Figura 2. ˀIx K’ab’al Xook en el Din-tel 24 de Yaxchilán en acto de creación o penitencia (ilustración de John Montgomery, © Foundation for the Advancement of Mesoamerican Studies, Los Ángeles, Estados Unidos). Figure 2. ˀIx K’ab’al Xook on Lintel 24 at Yaxchilan, in an act of creation or penitence (illustration by John Montgomery, © Foundation for the Advancement of Mesoamerican Studies, Los Angeles, United States).

Casi 30 años antes del sacrificio que conmemora el Dintel 24, ˀIx K’ab’al Xook aparece en el Dintel 25 realizando un rito de personificación (ˀub’aahil ˀaˀn) (fig. 3). En conjunto con la invocación de ˀAjk’ahk’ ˀO Chahk, deidad patrona de Yaxchilán, realizada por el gobernante, el texto jeroglífico secundario indica otro ritual similar, esta vez, de un ser identificado como ˀIxik [Y]oˀl Wiinteˀ Naah Ch’ajoˀm (bloque E2-3). Diversos autores han propuesto que la entidad personificada corresponde a un ancestro femenino vinculado a los orígenes dinásticos de la ciudad (Schele & Freidel 1999: 354; Bassie-Sweet 2008: 208-210; López 2015: 318), una mujer relevante en la historia del sitio que pudo ser la esposa de su séptimo soberano, Jatz’oˀjoˀl (Bassie-Sweet 2021: 235-236). No obstante, otra interpretación es posible y la señalo a continuación.

Figura 3. ˀIx K’ab’al Xook en el Dintel 25 de Yaxchilán ejecutando un rito de personificación. Museo Británico, Londres, Reino Unido (fotografía de la autora). Figure 3. ˀIx K’ab’al Xook on Lintel 25 at Yaxchilan, conducting a rite of personification. British Museum, London, United Kingdom (photo by the author).

A pesar de que todavía se debate el significado de Wiinteˀ Naah, ‘Casa… de Madera’, es claro que se relaciona con la ciudad de Teotihuacan (Estrada-Belli & Tokovinine 2016). Algunos investigadores piensan que corresponde a una estructura ubicada en esta gran metrópolis del altiplano mexicano, otros, en cambio, la consideran un edificio asociado a ella y, recientemente, se ha propuesto que referiría a la urbe en sí misma (Albert Davletshin, comunicación personal 2023). Si seguimos esta última propuesta, obtenemos una traducción diferente de la inscripción: ˀub’aahil ˀaˀn ˀIxik [Y]oˀl Wiinteˀ Naah Ch’ajoˀm, podría comprenderse como ‘[ella] es la encarnación de la mujer dentro de Teotihuacan’.

¿Por qué ˀIx K’ab’al Xook asumió la identidad de una deidad o un ser sobrenatural vinculado con Teotihuacan? Dado que las personificaciones permitían a sus figurantes compartir la divinidad de los dioses y seres encarnados (Houston & Stuart 1996: 297-300; Houston et al. 2006: 252-276), el rito la vinculó al poder y prestigio de esta metrópolis. Si los rituales de personificación tuvieron como referente a los teotihuacanos (López 2018: 840-845), la práctica de una ceremonia con un rito ˀub’aahil ˀaˀn posibilitó a ˀIx K’ab’al Xook mostrarse como poseedora de un poder religioso excepcional que estaba íntimamente ligado a la concepción de un gobierno divino (Houston & Stuart 1996; López 2018: 841-843). Debido a que el título kaloˀmteˀ aparece en los textos de Yaxchilán hasta el gobierno de ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii a principios del siglo viii dc, el ritual de personificación realizado por ˀIx K’ab’al Xook –que se inserta en una ceremonia mayor que involucró otros ritos ejecutados por su consorte– le permitió portar el apelativo más alto en la jerarquía del período Clásico: ˀix ˀochk’in kaloˀmteˀ, ‘señora [gobernante] del Oeste’, un epíteto que era usado solo por los mandatarios y que denotaba un desempeño religioso más que un cargo político (Martin 2020: 77-83).

Con relación al lugar donde fue llevada a cabo esta personificación, pudo haber sido en alguna de las estructuras antiguas de la ciudad (en el Yaxchilán viejo) y no en el Edificio 23, construido mucho tiempo después del año 681 dc (Daniel Juárez, comunicación personal 2023). Por tanto, la expresión ˀuyook teˀl tahn haˀ paˀchan (fig. 1d) no hace alusión al sitio donde se hizo este ceremonial, como se ha pensado. Comparando los títulos que presenta ˀIx K’ab’al Xook en varios monumentos, parece claro lo que Albert Davletshin (comunicación personal 2023) me ha comentado: ˀuyook teˀl tahn haˀ paˀchan, que podemos traducir como ‘poste de Tahn Haˀ Paˀchan’, no es un lugar dentro de la ciudad, sino un título conferido a ˀIx K’ab’al Xook que expresa su posición en Yaxchilán. Yook teˀl, literalmente ‘pie de madera’, se ha traducido comúnmente como ‘poste’ (Tokovinine 2013: 62), pero también puede referir a ‘soporte’, ‘base’ o ‘cimiento’. Así, dado que Tahn Haˀ Paˀchan hacía referencia al reino de Yaxchilán, se podría comprender ˀix k’ab’al xook ˀuyook teˀl tahn haˀ paˀchan como ‘la señora [del linaje] K’ab’al Xook es la base/soporte de Tahn Haˀ Paˀchan [Yaxchilán]’. La misma idea está contenida en la inscripción del canto del Dintel 25, el cual lleva la denominación ˀix kaloˀmteˀ yoˀl tahnil tahn haˀ paˀchan, ‘[ˀIx K’ab’al Xook es la] señora [gobernante], corazón/voluntad del centro de Tahn Haˀ Paˀchan’ (fig. 1e). Al tener después la expresión ˀukab’ ch’eˀn, ‘el ¿territorio, país? de’ ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii, se reitera la intención de mostrarla como una persona fundamental en el antiguo reino de Paˀchan.

Como señalan varios estudios, la preeminencia de ˀIx K’ab’al Xook es evidente (Prokouriakoff 1964; Mathews 1997; Schele & Freidel 1999; Vidal & Parpal 2016). Los textos nos dicen que procedía de un linaje local de sajales, aunque nunca ostentó el título de ˀixsajal, como otras mujeres pertenecientes a familias que desempeñaron este cargo. Entonces, ¿cómo sabemos su procedencia? La respuesta la encontramos en el canto del Dintel 23, un texto extraordinario en el corpus jeroglífico maya, pues proporciona datos muy valiosos para conocer la genealogía de ˀIx K’ab’al Xook, algo excepcional en los registros femeninos mayas del período Clásico (fig. 4).

Figura 4: a) genealogía de ˀIx K’ab’al Xook en el Dintel 23, Edificio 23, Yaxchilán (fotografía de Pedro Marañón); b) texto jeroglífico del canto (ilustración modificada desde Schele y Freidel [1999: 357]). Figure 4: a) genealogy of ˀIx K’ab’al Xook on Lintel 23, Structure 23, Yaxchilan (photo by Pedro Marañón); b) hieroglyphic text of the song (illustration modified from Schele and Freidel [1999: 357]).

La inscripción registra que el 16 de marzo del año 724 dc se ‘ató’ el panel de piedra (dintel) de la casa (ˀupasil yotoot) de ˀIx K’ab’al Xook (bloque D1, mencionada a través de uno de sus títulos). Después, se halla la expresión yitaaj, ‘en compañía de’, que suele introducir nombres personales, en este caso, el de una mujer llamada ˀIx Janaab’ Xook ˀIx ˀAjawteˀ (bloques C2-D2). El relacionador de parentesco que le sigue, y-al (bloque E1), señala que fue hija de una señora identificada como ˀIx Xib’…w (ˀIX-XIB‘-?-we, bloque F1-E2). Como es usual en los registros parentales, después fue anotado el nombre del padre, llamado Nun K’ab’al Xook, originario de Jamlib’, un hombre aludido en el texto como winaakhaab’ sajal ˀAjk’an Teˀl, es decir, un mandatario provincial del sitio de ˀAjk’an Teˀl (bloques G1-I1).

El texto del Dintel 23 vuelve a introducir un nombre personal a través de la expresión yitaaj. Se trata de ˀIx Tajal Tuun, una mujer que porta el título ˀix b’ahkab’, ‘señora principal de la tierra’, un epíteto de alta jerarquía que, en muchos sitios, era empleado por los gobernantes y sus consortes (bloques J2-K1). Luego, en el bloque L1, tenemos un registro interesantísimo: yaMURCIÉLAGOˀaˀAN, ya…[n]ˀaˀn. Aunque el signo principal en este bloque no ha sido descifrado, sabemos que es un relacionador de madre e hijo, tanto en hombres y mujeres, como en reyes y reinas (Grube & Luin 2014). La expresión ya…n ˀaˀn, por tanto, vincula a ˀIx Tajal Tuun con la última mujer mencionada en el texto, ˀIx K’ab’al Xook (bloques K2b-L2). El adverbio de existencia ˀaˀn, que figura en las frases que hemos visto, como ˀub’aahil ˀaˀn, se agrega a sustantivos para indicar la condición de ser, utilizándose para equiparar a alguien con una cosa o característica (Velásquez 2010: 203-206). Puesto que yaMURCIÉLAGOna, ya…[n] ˀaˀn, denota ‘madre de’, en este caso podría entenderse como la ‘sustituta de la madre’. ¿Qué figura puede asociarse a esta definición? La de nana o nodriza.

Como en otras culturas, los mayas debieron emplear mujeres para cuidar y alimentar a sus hijos, ya fuera porque las madres no podían hacerlo o porque era un signo de estatus. La alta mortandad femenina como consecuencia de complicaciones derivadas del embarazo y del parto, común a todas las sociedades preantibióticas, pudo promover en el período Clásico el que muchas mujeres desempeñaran la labor de nodrizas. Dado que en este texto ˀIx Tajal Tuun lleva el importante título ˀix b’ahkab’, ‘señora principal de la tierra’, podemos pensar que el puesto de nodriza entre la nobleza y la realeza debió ser muy relevante, incluso que ellas pudieron haber provenido de familias de destacados funcionarios de las cortes mayas. El cargo debió dotar de autoridad e influencia a las mujeres que realizaron esta labor, de manera semejante a lo que ocurría en el Egipto faraónico (Tyldesley 1995).

A través del texto del Dintel 23 es posible saber que los K’ab’al Xook eran originarios de Jamlib’, y que el patriarca de la familia y padre de ˀIx K’ab’al Xook, el señor Nun K’ab’al Xook, se desempeñó como sajal o gobernante provincial del sitio de ˀAjk’an Teˀl. La madre de ˀIx K’ab’al Xook fue ˀIx Xib’…w, sería una mujer probablemente de origen local, ya que ningún nombre de sitio figura en su cláusula nominal. ˀIx Janaab’ Xook (quizás, ˀIx Janaab’ K’ab’al Xook), fue su hermana, e ˀIx Tajal Tuun pudo ser su nana o nodriza. Estos datos nos posibilitan avanzar en la comprensión del árbol genealógico de Yaxchilán (fig. 5).

Figura 5. Árbol genealógico de Yaxchilán desde el siglo vii dc hasta principios del ix dc (ilustración modificada desde Martin [2020: 190]). Figure 5. Genealogical tree of Yaxchilan from the vii ad to early ix centuries ad (illustration modified from Martin [2020: 190]).

Hasta ahora no tenemos ninguna inscripción que registre uno o más hijos entre ˀIx K’ab’al Xook e ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii. Sin embargo, es muy plausible que tuvieran por lo menos uno: el misterioso Yopaat B’ahlam ii, mencionado en el Tablero 3 y en las conchas del entierro del Gobernante 4 del sitio Piedras Negras (Escobedo 2004: 279). Se trataría de un individuo que fue mandatario de Yaxchilán después de la muerte de ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii y de quien no tenemos ningún registro en la ciudad (Zender 2004: 351; Houston 2019: 138; Martin 2020: 134-136; Houston & Stuart 2021). Dada la extraordinaria longevidad de ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii, quien murió nonagenario, su sucesor debió envejecer a su sombra, y es muy probable que accediera al trono con 50 años o más, como el desafortunado K’ihnich K’an Joy Chitam de Palenque. Si consideramos esta edad, no sorprende el breve gobierno de Yopaat B’ahlam ii, quien presumiblemente reinó Yaxchilán entre los años 742 y 752 dc, es decir, durante todo el interregno.

ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii murió el 15 de junio del año 742 dc, después de un larguísimo y fructífero reinado. Bajo su liderazgo, Yaxchilán salió de la “edad oscura” que ensombreció el gobierno de sus antecesores y la llevó a uno de sus momentos más florecientes. Lo sobrevivieron varios hijos y tres de sus esposas: ˀIx K’ab’al Xook, ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? e ˀIx Sak B’iyaan. Casi siete años después de su deceso, el 30 de marzo del año 749 dc, murió la señora ˀIx K’ab’al Xook. Su fallecimiento fue registrado en los dinteles 59 y 28 del Edificio 24, junto con el de otras mujeres importantes, como ˀIx Pakal, la madre de ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii, e ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? (fig. 6). Seis años después de su muerte, el 29 de agosto del año 755 dc, como registra el Dintel 28, se llevó a cabo un ritual de fuego en su tumba (ˀochk’ahk’).¹⁰ El Edificio 23, donde ˀIx K’ab’al Xook residió parte de su vida, se convirtió en su mausoleo. Su cuerpo, rodeado de un espléndido ajuar funerario (García 2004), fue descubierto 12 siglos más tarde, y sus restos mortales aún esperan pacientemente para revelarnos algunos de sus secretos.

Figura 6: a) Edificio 24, Yaxchilán (fotografía de Isabel Hernández); b) texto del Dintel 59; c) texto del Dintel 28 (ilustraciones de Liliana González, basadas en Graham y von Euw [1977: 3:61; 1982: 3:131]). Figure 6: a) Structure 24, Yaxchilan (photo by Isabel Hernández); b) text of Lintel 59; c) text of Lintel 28 (illustrations by Liliana González, based on Graham and von Euw [1977: 3:61; 1982: 3:131]).

LA SEÑORA ˀIX ˀUHUˀL CHAN LEˀM?

Varios monumentos encontrados en Yaxchilán, así como la Estela 2 del sitio Dos Caobas, señalan que la madre del gobernante Yaxuun B’ahlam iv fue ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? (fig. 7a). Esta señora, identificada en trabajos anteriores como “Ik’-Cráneo” (Mathews 1997: 165: Martin & Grube 2008: 126; Bassie-Sweet 2021: 224), “Estrella Vespertina” (Schele & Freidel 1999: 357) e Ix Uh Chan (Zender 2004: 354; Martin 2020: 192), se aprecia con prominencia en dinteles y estelas comisionados por Yaxuun B’ahlam y por Cheleˀw Chan K’ihnich, su sucesor.

Como suele ocurrir en las inscripciones mayas, conocemos a ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? por su inclusión en registros de paternidad y memoriales. No obstante, a diferencia de otras declaraciones de parentesco, las alusiones a ella son excepcionales, pues no se limitan a nombrarla, sino que también la ubican en el centro de importantes eventos religiosos.

Figura 7: a) ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? en el Dintel 32, Yaxchilán (ilustración modificada desde Graham y von Euw [1979: 3:73]); b) y c) su nombre; d) texto en la Estela 35, Yaxchilán; e) texto en la Estela 10, Yaxchilán (ilustraciones: b-d de la autora; e Schele y Freidel [1999: 363]). Figure 7: a) ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? on Lintel 32, Yaxchilan (illustration modified from Graham and von Euw [1979: 3:73]); b) and c) her name; d) text on Stele 35, Yaxchilan; e) text on Stele 10, Yaxchilan (illustrations: b-d by the author; e Schele and Freidel [1999: 363]).

La cláusula nominal de la mujer presenta el prefijo femenino ˀix, el logograma ˀUH, en su variante de cráneo con un signo ik’ infijo que significa ‘joya’, ‘collar’ (ˀUH, a veces ˀUHla), el signo chan, ‘cielo’ (CHANna), así como la variante T24 del problemático jeroglífico de “espejo” que tentativamente se lee LEM, asociado con lo acuoso, el destello y el brillo (Stuart 2010). El nombre de este personaje, entonces, puede transcribirse como ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm?, y quizás se traduzca ‘[El] resplandor/brillo es la joya del Cielo’, un apelativo ligado con la diosa lunar (fig. 7b y c).

A diferencia de ˀIx K’ab’al Xook, la señora ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? no fue mencionada ni representada en vida. Todos los registros que poseemos de ella se realizaron después de la entronización de Yaxuun B’ahlam iv, ocurrida en el año 752 dc. Aunque muchos de los monumentos mandados a erigir por este gobernante son retrospectivos −es decir, describen acontecimientos sucedidos años antes de su creación−, podemos ubicar el inicio de sus labores constructivas y artísticas a partir del año 755 dc, momento en el que dedica su primer edificio. Así, dado que ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? murió en el año 751 dc, considero que ninguna alusión ni representación es contemporánea.

No sabemos cuándo llegó ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? a Yaxchilán. La fecha más temprana vinculada a ella se encuentra en el Dintel 53, un monumento comisionado por su nieto, Cheleˀw Chan K’ihnich, quien mandó a esculpir a sus abuelos en un ritual de danza (ˀahk’uˀt), el 28 de octubre del año 697 dc (7 ben 16 mak, 9.13.5.12.13) (Mathews 1997: 165). La señora se ubica a la izquierda, frente al soberano, y sostiene un bulto que es descrito en otros monumentos como ikatz, el tributo de jadeíta. Es probable que esta obra tuviera la intención de establecer el primer evento que ejecutó ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? en Yaxchilán.

Dado que las mujeres de la élite solían desposarse muy temprano, ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? podría haber tenido 12 o 13 años cuando se unió a ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii, por lo que a esa edad habría abandonado su hogar para trasladarse a la ciudad de su futura familia política.¹¹ El hecho de que Yaxuun B’ahlam naciera en el año 709 dc,¹² 12 años después −si aceptamos que la joven ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? llegó en el año 697 dc−, concuerda con algunas situaciones documentadas para el intervalo entre el arribo de las mujeres y el nacimiento de su(s) descendiente(s), como el de las ya comentadas señoras ˀIx Tz’akb’u ˀAjaw e ˀIx Winaakhaab’ ˀAjaw, quienes tuvieron a sus hijos, nueve y 20 años después de su arribo a Palenque y Piedras Negras, respectivamente.¹³

Por otro lado, Linda Schele y David Freidel notaron que en el texto inferior de la Estela 10, ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? fue identificada como ˀix Kaanuˀl ˀajaw, es decir, ‘señora de Kaanuˀl’ que, por supuesto, asociaron con Calakmul (Schele & Freidel 1999: 357-358; Martin & Grube 2008: 126). Durante mucho tiempo se pensó que la madre de Yaxuun B’ahlam era originaria de esta capital hegemónica, y constituía un verdadero misterio el hecho de que ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii mantuviera en el anonimato a una consorte de tan alta alcurnia. Sin embargo, nuevos descubrimientos ligados a la dinastía de los Kanuuˀl muestran que los soberanos Serpiente de Dzibanché, como K’ahk’ Tiˀ Ch’ich’, utilizaron el epíteto ˀelk’in kaloˀmteˀ, ‘[gobernante] del Este’. Esto es interesante, pues en la citada Estela 10 la cláusula nominal completa de la madre de Yaxuun B’ahlam dice: ‘señora divina, señora ˀUhuˀl Chan Leˀm?, señora ˀajk’uhuˀn [sacerdotisa], señora de Kanuuˀl [gobernante] del Este’ (fig. 7e). Ya que ella también usó el título ˀelk’in kaloˀmteˀ, es factible suponer que procedía de Dzibanché, en Quintana Roo, y no de Calakmul (Martin & Beliaev 2017: 4), ciudad que no desapareció con la división de su dinastía a principios del siglo vii dc, como se había pensado (Velásquez 2019).

La señora ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? fue representada en los dinteles 32 y 53, en las estelas 10, 11, 35 y 36, y quizás en alguno de los erosionados escalones de la Escalera Jeroglífica 2 (i, iii y xi).¹⁴ A diferencia de ˀIx K’ab’al Xook, la figura de la madre de Yaxuun B’ahlam sí trascendió el entorno privado de su residencia −que fue probablemente el Edificio 21− manifestándose en monumentos públicos. En la Estela 10, por ejemplo, la vemos enmarcada en un cartucho lunar junto a ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii, y a él dentro de un marco solar, por lo que ambos, ya fallecidos, se muestran como gobernantes de los cielos (Houston et al. 2006: 85-87). En la parte superior de la Estela 11, la mujer es presentada como la personificación de la diosa lunar (Fash et al. 2022).

ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm?, como otras madres de soberanos mayas, ostenta epítetos relevantes, como el de “vasija invertida” con ˀixik k’uh e ˀix b’ahkab’. No obstante, en todas las menciones que conservamos de ella existe uno que siempre aparece: ˀix ˀajk’uhuˀn, el único oficio sacerdotal del período Clásico maya que tiene una versión femenina (fig. 7d). La traducción de este título aún no es del todo clara, pero puede entenderse como ‘veneradora [del rey]’ (Jackson & Stuart 2001: 224-225; Jackson 2013: 13) o ‘adoradora [de dioses]’ (Zender 2004: 354).

ˀAjk’uhuˀn es un título no real frecuente en las inscripciones, y se liga con personas que realizaron actividades vinculadas con las deidades y su culto, así como con la guerra y la administración. Estos eran funcionarios subordinados a los mandatarios que portaban tocados con pinceles y papel y vestían sencillos paños de cadera (Lacadena 1996; Zender 2004: 142-145). Fueron sacerdotes, y asistieron y oficiaron rituales importantes; muchos de ellos alcanzaron un estatus destacado en sus capitales, como muestran los altares e incensarios que comisionaron (Sánchez 2004). Algunas mujeres llevan el título de ˀix ˀajk’uhuˀn, como la señora ˀIx Yax Paach K’uk’, madre del soberano ˀUchan ˀIhk’ ˀAjaw de Machaquilá, o ˀIx Sak Moˀ B’ahlam, progenitora de ˀAj K’an Maax, rey de la ciudad de El Chorro, en Guatemala.

La ˀix ˀajk’uhuˀn más notable es, sin duda, la señora ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? (fig. 8). Puesto que en el siglo viii dc algunos gobernantes vinculan a sus madres con este título, podemos considerarlo un epíteto prestigioso. Las representaciones que tenemos de ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? la exhiben portando un distintivo tocado de la deidad K’awiil, cuyas fauces muestran labios largos y prominentes, que Marc Zender (2004: 354-365) ha conectado con imágenes de sacerdotisas, como la vestimenta simbólica de las ˀix ˀajk’uhuˀn mayas del período Clásico, por lo que sabemos que desempeñó actividades rituales propias de este cargo.

Figura 8. Imagen de ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? en el reverso de la Estela 35, Edificio 21, Yaxchilán (fotografía de Isabel Hernández). Figure 8. Image of ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? on the back of Stele 35, Structure 21, Yaxchilán (photo by Isabel Hernández).

La mejor imagen de esto la tenemos en la Estela 35. El frente del monumento −hoy erosionado por el colapso del techo del Edificio 21 en tiempos antiguos (Juárez 2017)–, exhibe a ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? sangrándose la lengua, ˀub’aah ti mayih, ‘en ofrenda [sacrificial]’. El ritual involucrado en esta oblación fue un conjuro de K’awiil (tzahkaj k’awiil), ordenado (ˀukab’jiiy) por Cuatro ˀIxik K’ihnich y Cuatro ˀIxik Chuwaaj, aunque no sabemos si corresponde a dos diosas o a un conjunto de deidades (Luin et al. 2022). La ceremonia se llevó a cabo el 27 de junio del año 741 dc (4 imix 4 mol, 9.15.10.0.1), mucho antes de la entronización de Yaxuun B’ahlam iv (fig. 9).

Figura 9. Texto jeroglífico de la Estela 35, Yaxchilán: a) cara posterior; b) cara anterior (Schele & Freidel 1999: 363). Figure 9. Hieroglyphic text of Stele 35, Yaxchilan: a) back; b) front (Schele & Freidel 1999: 363).

Ambas caras de la estela enseñan a ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? de forma muy similar a como fue ilustrada ˀIx K’ab’al Xook 18 años antes, como ya lo han señalado varios autores (Schele & Miller 1986; Mathews 1997; Schele & Freidel 1999). En la parte posterior de la escultura existen imágenes de una serpiente bicéfala descarnada, de la deidad Tláloc emergiendo de sus fauces, de un cráneo sostenido por la mujer y de un cesto del cual surgen cintas de papel e instrumentos de sacrificio ritual. Todos estos elementos cumplen la función de indicar que el rito que realiza ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? la dotó de poder y prestigio vinculado a Teotihuacan. La misma situación se refiere en la decoración del Edificio 21 donde fue colocada esta estructura, el cual incluye motivos teotihuacanos y una escena dominada por cuatro mujeres y un hombre sentados en una banca (fig. 10). La fragmentada Estela 36, encontrada por Daniel Juárez en las escalinatas del Edificio 18 (Fash et al. 2022), también conmemora la ceremonia de 4 imix 4 mol.

Figura 10. Motivos decorativos en la pared del Edificio 21, Yaxchilán (fotografía de Pedro Marañón). Figure 10. Decorative motifs on the wall of Structure 21, Yaxchilan (photo by Pedro Marañón).

El ritual efectuado por ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? fue apenas una parte de un complejo ceremonial en el cual participó su hijo, Yaxuun B’ahlam iv (en ese momento, solo un príncipe), su consorte, la señora Chak Joloom, y el sajal Chak Joloom.¹⁵ El Dintel 39, uno de los tres dispuestos en el Edificio 16, exhibe a Yaxuun B’ahlam portando una serpiente bicéfala de cuyas fauces emerge el dios K’awiil, ilustrando un rito de conjuro a esta deidad llevado a cabo en el año 741 dc (4 imix 4 mol).

Por su parte, los ritos llevados a cabo por los miembros del linaje Chak Joloom fueron conmemorados en el Dintel 14 del Edificio 20 (fig. 11). En el lado izquierdo, vemos a la señora ˀIx Chak Joloom sujetando un sangrador primorosamente tallado y decorado; en su mano izquierda lleva una cesta de sacrificio con cintas de papel manchadas con sangre y una lanceta de sacrificio (ch’ahb‘); su altura es ligeramente menor a la del varón que la acompaña en la escena. Este, ubicado en el privilegiado lado derecho de la imagen, es consignado en la inscripción como el sajal Chak Joloom, ˀUmam ˀajaw, probablemente ‘señor de ˀUmam’.¹⁶

Figura 11. La señora ˀIx Chak Joloom en el Dintel 14, Edificio 20, Yaxchilán (fotografía de Pedro Marañón). Figure 11. Lady ˀIx Chak Joloom on Lintel 14, Structure 20, Yaxchilan (photo by Pedro Marañón).

El texto principal del Dintel 14 refiere la invocación de la serpiente de las visiones Chanal Chak B’ay Kan, por parte de ˀIx Chak Joloom. La serpiente invocada se enrolla entre los brazos de su conjurante y de su boca emerge un ser. La línea de jeroglíficos dispuestos encima la identifican de la siguiente forma: ˀub’aahil k’uh ˀixik kaaj ˀajaw ˀix yax jal, ‘es la imagen de la señora sagrada de Kaaj, la señora Yax Jal’. Se ha pensado que esta mujer pudo ser una antepasada de ˀIx Chak Joloom (Schele & Freidel 1999: 362-363). Sin embargo, al estar ligada al título Kaaj, el segundo glifo emblema de Yaxchilán –también empleado en El Zotz– que apunta a una línea señorial mucho más antigua que la de Paˀchan (Stuart 2007: 31), y teniendo en cuenta que Kaaj alude a un lugar mitológico vinculado al dios D (Helmke 2012: 114; San José 2018: 114, 225), podemos considerar a ˀIx Yax Jal, la señora divina de Kaaj, como una deidad patrona femenina de Yaxchilán (López 2015: 329-328).

¿Por qué razón se llevó a cabo un complejo ritual donde participaron Yaxuun B’ahlam iv, las señoras ˀIx Chak Joloom e ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm y el sajal Chak Joloom? ¿Qué ocurrió en la fecha 4 imix 4 mol del año 741 dc, cuando, según las inscripciones, Yaxuun B’ahlam iv tenía 32 años? Aunque es posible suponer que este rito se ejecutó para legitimar de forma retrospectiva las aspiraciones políticas del gobernante, coincido con Schele y Freidel (1999: 363) en que está ligado con la unión matrimonial de Yaxuun B’ahlam iv e ˀIx Chak Joloom. Esto es difícil de asegurar, pues los textos rara vez registran los casamientos, pero es muy probable que existieran variantes en las ceremonias nupciales de las capitales mayas.¹⁷ A pesar de que este gobernante ya era mayor, pues contaba con 32 años en esa época, quizás fue su primera boda, algo que sospechamos dada la preferencia de uniones primarias endogámicas que parecen prevalecer, tanto en Yaxchilán como en otros sitios.

No tenemos otro evento ceremonial protagonizado por ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm?. Su fallecimiento también fue registrado en el Dintel 28 (bloques R2-S1) del Edificio 24 el 9 de marzo del año 751 dc, a través de la acostumbrada frase ‘su blanco aliento se extinguió’ (fig. 12).¹⁸ Daniel Juárez (2017 Ms.), quien excavó extensivamente en Yaxchilán, ha propuesto que ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? fue enterrada en la Tumba v de la cámara central del Edificio 21, excavada en 1984. El cuerpo fue dispuesto en el piso de la cista funeraria, en un eje oriente-poniente. Su ajuar consistió en espinas de raya, cuentas y orejeras de piedra verde, agujas de hueso, navajas prismáticas, valvas de Spondylus y varios platos y cuencos de cerámica. Al parecer, el fardo funerario fue ubicado encima de una piel de jaguar. Un cuchillo bifacial de 34 cm de largo fue localizado en posición vertical sobre el eje trazado por la puerta central con la caja de la Estela 35 (Juárez 2017 Ms.). Los restos de ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? fueron trasladados a la Dirección de Antropología Física del inah, pero los análisis aún no han sido publicados. No obstante, si aceptamos que ella llegó a Yaxchilán en el año 697 dc, cuando tenía alrededor de 12 años, podemos suponer que falleció entrada su sexta década de vida, un año antes de la entronización de su hijo y algunos meses previos al nacimiento de su nieto.

Figura 12: a) posible mausoleo de la señora ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm, Edificio 21, Yaxchilán (fotografía de Pedro Marañón); b) inscripción que refiere a su fallecimiento, Dintel 28, Edificio 24, Yaxchilán (ilustración de Liliana González, basada en Graham y von Euw [1977: 3:61]). Figure 12: a) possible mausoleum of Lady ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm, Structure 21, Yaxchilan (photo by Pedro Marañón); b) inscription referring to her death, Lintel 28, Structure 24, Yaxchilán (illustration by Liliana González, based on Graham and von Euw [1977: 3:61]).

MUJERES Y PROCLAMACIÓN POLÍTICA

Como refirió Joan Kelly (1984), la historia de las mujeres debe abordar el análisis de los acontecimientos significativos para ellas, pues solo al preguntarnos por las características más relevantes de su aparición podremos reinsertarlas en la sociedad en la que han vivido, en el conjunto de sus relaciones sociales y en su tiempo histórico. La presente investigación se guía por esta premisa y busca mostrar que el estudio particular de ˀIx K’ab’al Xook e ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? permite analizar, en cierta medida, el papel político, social y religioso de las mujeres mayas durante el siglo viii dc. En efecto, de los monumentos vistos podemos inferir algo de la realidad social de ambas, lo que puede aportar a los estudios de género en otras ciudades de esta cultura.

Lo primero que debe señalarse es que uno de los objetivos principales del arte monumental maya fue documentar el desempeño ritual del mandatario. Ya que su actividad religiosa era fundamental para la continuación del orden cósmico, su registro fue un componente crucial de la proclamación política (Stuart 1996). Considerando que los textos se conformaban de acuerdo con modelos tradicionales, y dado que su contenido respondía a la visión del mundo y los ideales mayas, estos no deben leerse en su sentido literal: hombres y mujeres fueron figurados a través de imágenes y con textos controlados y restrictivos (Houston & Inomata 2009: 182). Así, es necesario tener en cuenta que las representaciones plásticas son, en su mayor parte, estereotipos, es decir, modelos de cualidades y de conducta. Es por esto que podemos entender los monumentos de Yaxchilán como expresiones que nos informan de qué manera la feminidad se vinculó con lo ritual y lo dinástico.

Las manifestaciones plásticas que hemos analizado refieren un desempeño ritual femenino equiparable al de los varones. A través de espléndidas escenas que inauguraron un tipo específico de representación femenina en el área maya, ˀIx K’ab’al Xook, ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? e ˀIx Chak Joloom fueron plasmadas, al igual que los hombres, realizando ceremoniales que incluían el ayuno, la abstinencia, la mortificación y las ofrendas de sangre para entrar en contacto con lo sobrenatural: ellas conjurando diosas. Los ritos ˀub’aahil ˀaˀn, mayih y tzahkaj k’awiil fueron parte de la ideología político-religiosa de las ciudades mayas, y en cada una de ellas fueron efectuados por los mandatarios.

La documentación de los rituales efectuados por estas tres mujeres, entonces, evidencia un interés por mostrarlas ante su sociedad como un ejemplo de la realización de los deberes litúrgicos de aquellas que formaban parte de la élite, pues al igual que el dignatario, eran modelos de representación política y religiosa, así como de rango social. Las esposas de los soberanos mayas constituyeron claramente una parte crucial del mecanismo del reinado, no solo como representantes de su familia natal (fueran locales o foráneas), sino también como progenitoras dinásticas y, en última instancia, como co-gobernantes. Sin duda, al igual que el cónyuge, en cuanto ˀix k’uhul ˀajaw, eran las mujeres más importantes de la ciudad, por lo que tenían la gran responsabilidad de proyectarse y ajustarse a los ideales de comportamiento femenino y de consorte real, como ocurrió en otras sociedades con la figura del queenship (reginalidad), tanto monógamas como poligínicas (Parsons 1998; Carney 2000; St. John 2012).

ˀIx K’ab’al Xook, ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? e ˀIx Chak Joloom manifiestan este aspecto de la política dinástica. No obstante, ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? destaca en la plástica maya por ser una de las escasas mujeres del período Clásico que, sin ser gobernante, es la titular de una estela donde no comparte escena con su consorte, con un hijo o con algún otro personaje masculino. Por su parte, ˀIx K’ab’al Xook destaca en los memoriales dinásticos mayas por el registro de su genealogía en el canto del Dintel 23, algo inusual en las escuetas referencias femeninas. Esta, junto con ˀIx Winaakhaab’ ˀAjaw de Piedras Negras, marcan hitos en la historia de las mujeres mayas en esta época, pues podemos conocer su círculo familiar y, en el caso de ˀIx Winaakhaab’ ˀAjaw, reconstruir los eventos más relevantes de su vida, para conformar una de las primeras biografías femeninas, a la usanza de las masculinas.

Otro aspecto que sobresale del estudio de estas mujeres se relaciona con el de consorte principal. Como se ha señalado, conocemos a la gran mayoría de las esposas de los gobernantes mayas solo por ser referidas por sus hijos después de ascender al trono, de tal suerte que las representaciones contemporáneas de ellas no eran frecuentes. Al igual que en otros sistemas poligínicos, entre los mayas no siempre se puede identificar la figura de una cónyuge principal, como sí ocurría, por ejemplo, en Macedonia (Carney 2000) y en Egipto (Tyldesley 1995). ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii rompió con esto. Al ordenar la construcción del Edificio 23 y el tallado de cuatro dinteles de piedra para encumbrar a ˀIx K’ab’al Xook, la plasmó como su mujer principal, dando paso a una exaltación dinástica basada en la endogamia, así como a una forma de proclamación política fundada en el linaje de los K’ab’al Xook de Jamlib’, con la intención, quizás, de asegurar el trono para el descendiente de ambos, Yopaat B’ahlam ii.

Esta estrategia fue seguida por su hijo Yaxuun B’ahlam, quien también se unió esponsalmente con un linaje local, estableciendo a ˀIx Chak Joloom como su consorte principal. Ambos linajes, K’ab’al Xook y Chak Joloom, muestran que, para las familias influyentes (y no necesariamente nobles), los lazos matrimoniales eran la oportunidad perfecta para expandir su influencia y consolidar su poder con el grupo dirigente. La elección de una de estas progenies para el casamiento −de entre muchas otras−, debió basarse en su riqueza y en la prestación de servicios productivos.

Ahora bien, ¿por qué razón se destacó a ˀIx K’ab’al Xook mostrándola ante el reino como esposa principal y exaltando su linaje a través del registro jeroglífico? La respuesta la encontramos quizás en ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm?. Recordemos que ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii murió en el año 742 dc, y aunque su fecha de nacimiento no fue registrada en los monumentos, se ha calculado que falleció con más de 90 años. Dado el patrón de sucesión maya del período Clásico, es poco probable que su muerte tomara por sorpresa a los miembros de la corte. Seguramente, los funcionarios llevaban más de tres décadas preparándose para el deceso del anciano rey, y se puede considerar todo el programa escultórico del Edificio 23 como una declaración política de sucesión del hijo que concibió con ˀIx K’ab’al Xook. ¿Por qué? Tal vez porque ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm?, a pesar de ser una reina extranjera, tenía más rango y prestigio que ˀIx K’ab’al Xook, y el descendiente de esta, Yaxuun B’ahlam, era un candidato viable para suceder a su padre en el trono. Tal vez esta declaración se hizo hacia el año 726 dc porque, ya en ese entonces, ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii temía morir pronto. Pero, como la vida es caprichosa, el mandatario no falleció poco después de erigir el Edificio 23. Contra todo pronóstico, su “blanco aliento” se mantuvo 15 años más. No obstante, su estrategia fue exitosa, pues su sucesor fue Yopaat B’ahlam ii.

Como he sostenido, este último gobernante debió ser ya anciano al asumir el trono. Es muy probable que con la entronización de Yaxuun B’ahlam desapareciera cualquiera de sus menciones, ya que no tenemos ningún rastro de él en los monumentos de Yaxchilán. Esto podría entenderse como una damnatio memoriae de corte político, una “condena de la memoria”, como hacían los romanos, la cual consistía en un castigo póstumo donde la existencia de una persona era cancelada y quedaba literalmente sin nombre, quitándole sus honores y títulos, y retirando sus monumentos (Tacoma 2020: 149-152). Esta damnatio memoriae podría explicar que Yaxuun B’ahlam, al crear una visión retrospectiva de él sumamente favorable para su ascenso al poder en el año 752 dc, no llenara los años de reinado de Yopaat B’ahlam ii, un período antes visto como el vacío o la “vacante” temporal del ahora inexistente interregno (Martin 2020: 191; Houston & Stuart 2021). La idea de una feroz contienda protagonizada por los aspirantes al trono que dejó la muerte de ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii (Proskouriakoff 1964), puede abandonarse a partir del texto del Tablero 3 y de las conchas del entierro del soberano ˀItzam K’an ˀAhk de Piedras Negras.

Una vez en el poder, una de las primeras grandes ceremonias llevadas a cabo por Yaxuun B’ahlam iv como mandatario consistió en conmemorar, en el año 755 dc, la muerte de su abuela ˀIx Pakal, de su madre ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? y de la esposa principal de su padre ˀIx K’ab’al Xook. A esta última, la honró con la celebración de un ritual de fuego en su tumba, como los hacían los gobernantes para enaltecer la memoria de sus antepasados dinásticos.

Tanto ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii como Yaxuun B’ahlam iv se valieron del linaje, el prestigio y el de-sempeño ritual de sus consortes y de su madre para apoyar sus aspiraciones políticas. La manifestación plástica que se hizo de estas mujeres muestra la importancia en el Yaxchilán del siglo viii dc de crear imágenes que confirman el apego de las mujeres de la realeza a los ideales de comportamiento político y social que regían, asimismo, la representación de los mandatarios varones. A pesar de que estas imágenes no se colocaron en espacios abiertos, pues formaron parte de los edificios de cada una de ellas, su impacto debió ser considerable, y nos muestra que los deberes rituales de las mujeres también fueron concebidos como actividades fundamentales en el buen desempeño del gobierno. Quizás por esta razón, las inscripciones que mencionan a ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? e ˀIx K’ab’al Xook, refieren, con especial constancia, sus rangos de ˀix ˀajk’uhuˀn e ˀix kaloˀmteˀ.

CONCLUSIONES

El análisis de la presencia de las señoras ˀIx K’ab’al Xook e ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm? en los monumentos de Yaxchilán nos ha permitido ver desde otra perspectiva el juego dinástico de esta ciudad en el siglo viii, donde ambas demostraron pública y explícitamente su autoridad. A través del linaje y la jerarquía de cada una, ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii y Yaxuun B’ahlam iv fundamentaron sus aspiraciones de sucesión con resultados exitosos.

Estas mujeres fueron figuradas en evidentes actos de proclamación dinástica, en una celebración de nuevos reinados. ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii y Yaxuun B’ahlam iv optaron por la endogamia en sus alianzas primarias, pero ninguno se negó a enlaces exogámicos, donde múltiples matrimonios suponían la posibilidad de más hijos y, por tanto, de más herederos posibles al trono. Yaxuun B’ahlam iv, como descendiente de una mujer foránea, no condenó al anonimato a sus tres esposas adicionales. Él sabía por experiencia propia que un niño concebido con alguna de ellas podía convertirse en un potencial sucesor.

Simon Martin (2020: 194) ha propuesto que el tratamiento generoso de Yaxuun B’ahlam iv hacia su madre, ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm?, no surgió de la capacidad de esta para legitimar sus aspiraciones políticas, sino más bien de la necesidad de eclipsar a la poderosa ˀIx K’ab’al Xook. Estoy de acuerdo con esta afirmación, pero agregaría que primero fue ˀItzam Kokaaj B’ahlam iii quien buscó minimizar a ˀIx ˀUhuˀl Chan Leˀm?.

El estudio particular de estas mujeres, como el de muchas otras mencionadas en las inscripciones mayas, nos permite analizar con otras preguntas de investigación, momentos cruciales de la antigua historia de esta cultura mesoamericana.

Agradecimientos Este artículo es producto de la investigación titulada “Las mujeres en la antigüedad maya: un estudio histórico y comparativo”, el cual realizo como proyecto del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica, papiit, en la Universidad Nacional Autónoma de México. Asimismo, quiero agradecer a Albert Davletshin y a Daniel Juárez Cossío por las conversaciones, comentarios y reflexiones que hemos sostenido sobre el sitio Yaxchilán.

REFERENCIAS

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Bassie-Sweet, K. 2021. Maya Gods of War. Louisville: University Press of Colorado.

Berlin, H. 1959. Glifos nominales en el sarcófago de Palenque: un ensayo. Humanidades 10 (2): 1-8.

Carney, E. 2000. Women and Monarchy in Macedonia. Norman: University of Oklahoma Press.

Davletshin, A. 2024. Un signo silábico y el nombre del gobernante teotihuacano Búho-Lanzadardos en las inscripciones mayas. Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino 29 (1): 113-133.