José Berenguer, un pensador de la historia centro-sur andina
Al preparar mi intervención para este homenaje,(1) caí en la cuenta de la enorme importancia que han tenido para mí las ideas de José Berenguer. Me atrevería a decir que todo mi trabajo ha sido influido de un modo u otro por las conversaciones que hemos tenido a lo largo de más de dos décadas, desde que en 2001 me invitara a participar de su proyecto sobre la vialidad inca en el Alto Loa. Porque, si hay algo que caracteriza a Pepe –como me referiré a él de aquí en más– es su sistemático empleo del diálogo como mayéutica, como método para profundizar la reflexión y dar a luz nuevas formas de entender las cosas. En las siguientes líneas, por lo tanto, quiero poner el foco en aquellos aspectos de su labor que han sido decisivos para mis propias investigaciones, remitiendo a los lectores interesados a otras publicaciones que hacen una valoración más objetiva de su obra y de sus logros (Sinclaire 2018; González 2020).
En primer lugar, debo señalar sus estudios –junto a otros colegas del Grupo Toconce– sobre las funciones y significados de las chullpas. Estos trabajos fueron pioneros, no solo por incorporar información etnohistórica y etnográfica en la resolución de interrogantes arqueológicas, particularmente aquellas referidas a las antiguas cosmologías o al sentido de los ritos, sino por emplear una metodología sistemática de contrastación con el registro material para poner coto a estas analogías (especialmente Berenguer et al. 1984; Aldunate et al. 1982). De hecho, contra la concepción dominante en los Andes centro-sur, que equiparaba las chullpas con sepulcros –en línea con cierta interpretación de las fuentes históricas–, fueron las evidencias arqueológicas las que les permitieron inferir que las chullpas de Likán no tuvieron un uso funerario, sino que sirvieron de adoratorios en distintas prácticas vinculadas con el culto a los cerros y a los antepasados. Esta propuesta ha sido fundamental para entender las particularidades del fenómeno chullpa en los Andes circumpuneños y su papel en los procesos sociales durante los últimos siglos de la era prehispánica.
Los estudios de Pepe sobre el arte rupestre de Taira son otro ejemplo de este modo transdisciplinario de investigar temas que muchos consideran inabordables para la arqueología, pero que resulta imposible soslayar, como ocurre con los sistemas simbólicos prehispánicos. En su trabajo junto a José Luis Martínez (Berenguer & Martínez 1986), establece una serie de paralelismos entre el mito de Yakana y el arte rupestre de Taira, incluyendo en su análisis la relación entre los pictograbados y distintos elementos de su entorno, como la matriz rocosa, los manantiales cercanos, las aves que allí habitan, la luz solar y el cielo nocturno. Esto les llevó a concluir que el sitio formó parte de un macrosistema de prácticas y creencias relativas al origen y multiplicación del ganado ampliamente difundido en los Andes. Es importante destacar que su argumento no descansa en correspondencias directas entre los términos del mito y determinados motivos, sino en el reconocimiento de semejanzas en las categorías y estructuras significantes presentes en ambos registros. De este modo, nos recuerdan que el poder significante del arte rupestre no reside exclusivamente en las imágenes, sino en su particular ensamblaje con elementos heterogéneos del contexto, como ocurre en general con el arte de sitio o de instalaciones. Evidentemente, interpretaciones como esta no pueden alcanzar los niveles de certeza que atribuimos a otras inferencias arqueológicas basadas en causalidades físico-químicas o biológicas, en parte porque la ambigüedad, la polisemia y la apertura son cualidades inherentes a los procesos simbólicos. Pero, lo cierto es que la riqueza de los registros históricos y etnográficos del mundo andino brinda condiciones muy favorables para este tipo de ejercicio, siempre que se los coteje con líneas de evidencia arqueológica independientes. Como señalan los autores, “utilizar analogías etnográficas en la inferencia arqueológica es siempre un riesgo, pero no hacerlo en los Andes es un derroche” (Berenguer & Martínez 1986: 79).
Creo que fue la preocupación por mitigar estos “riesgos metodológicos”, junto con el énfasis en la claridad conceptual que distingue toda su labor, los que llevaron a Pepe a explorar las posibilidades del realismo trascendental, una corriente epistemológica con la que tomó contacto a partir de su interés por la geografía. Aunque la aproximación realista subyace claramente a muchos de sus trabajos, fue en su artículo sobre el papel de la iconografía en la expansión de Tiwanaku donde desarrolló explícitamente su forma de utilizar esta metodología para investigar arqueológicamente procesos sociales e ideológicos (Berenguer 1998). Allí se interroga por la estructura política subyacente a la distribución diferencial de keros y tabletas Tiwanaku en Arica y San Pedro de Atacama, dos objetos-ícono que ocuparon un lugar destacado en el programa iconográfico estatal, a juzgar por su protagonismo en los monumentos del centro urbano. Siguiendo el enfoque realista, comienza relacionando este patrón empírico o “evento” con los diferentes modos de vinculación entre estas dos regiones y el núcleo altiplánico –coloniaje y clientelaje, respectivamente–, para luego ahondar en las prácticas de que participaron keros y tabletas, como mecanismos que movilizaron los poderes causales de esta estructura política en las condiciones vigentes en cada región. Este trabajo ilustra claramente el modo en que el realismo ofrece un fundamento teórico sólido para relacionar las configuraciones arqueológicas, las prácticas contingentes que las generan y las estructuras que son su condición y resultado.
La interacción interregional y el tráfico de caravanas, sin embargo, son los temas en que más he sido beneficiado por sus aportes. Tomé contacto con sus investigaciones en Santa Bárbara (subregión del Alto Loa) a mediados de los noventa, antes de conocerlo personalmente, cuando me encontraba estudiando las consecuencias arqueológicas del caravaneo entre los llameros de Lípez. Aquellos trabajos (Berenguer 1994, 1995) fueron fundamentales para mí, ya que ofrecían una minuciosa caracterización de las intrincadas configuraciones arqueológicas resultantes de la articulación entre el tráfico de larga distancia y las ocupaciones locales, un ejemplo de los patrones empíricos cuyas causas yo estaba tratando de dilucidar por entonces mediante mi trabajo etnoarqueológico (Nielsen 2000).
Fue gracias a esta coincidencia que nos encontramos en 2001 y tuve la oportunidad de conocer de primera mano su forma de pensar estos problemas. Uno de los frutos de esta colaboración fue la noción de “arqueología internodal”, una estrategia para investigar las interacciones entre regiones a partir del registro material producido por las propias prácticas de circulación (Berenguer 2004; Berenguer & Pimentel 2017). Alguna vez escuché a Pepe definirse como “un cazador de conceptos”, una habilidad que resultó fundamental en el proceso de desarrollar esta estrategia de investigación.
Nuestras primeras conversaciones recorriendo el desierto de Atacama se ampliaron con los años al altiplano de Lípez, los valles Chichas, la Puna, la Quebrada de Humahuaca y el valle de Lerma, y sumaron a otros/as colegas, constituyéndose así en un modo especialmente enriquecedor de reflexionar colectivamente y en los propios territorios sobre distintos aspectos de la arqueología circumpuneña.
No quisiera terminar este texto sin mencionar el talento de Pepe como comunicador de la ciencia y como escritor. Esta habilidad le ha permitido abordar temas complejos con gran claridad, empleando un lenguaje llano y libre de tecnicismos, pero sin perder originalidad, rigor ni profundidad en el análisis. Testimonio de esta singular capacidad son las publicaciones de su autoría que acompañaron las numerosas exhibiciones que llevó adelante como curador en jefe del Museo Chileno de Arte Precolombino durante más de treinta años. Lejos de servir exclusivamente como catálogos para un público no especializado, varios de ellos se han convertido también en textos de referencia y son ampliamente citados hasta hoy en la literatura científica.
Axel E. Nielsen*
* conicet; Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
orcid: 0000-0003-3462-6741. E-mail: axelnielsen@gmail.com
NOTAS
1 Homenaje realizado el 12 de junio de 2025 en el marco del Seminario “Arqueología del río Loa y áreas vecinas”, celebrado en San Francisco de Chiu Chiu, Chile.
REFERENCIAS
Aldunate, C., J. Berenguer & V. Castro 1982. La función de las chullpa en Likán. En Actas del viii Congreso Nacional de Arqueología Chilena, pp. 129-174. Santiago: Ediciones Kultrún.
Berenguer, J. 1994. Asentamientos, caravaneros y tráfico de larga distancia en el norte de Chile: el caso de Santa Bárbara. En De costa a Selva, M. E. Albeck, ed., pp. 17-50. Tilcara: Instituto Interdisciplinario Tilcara.
Berenguer, J. 1995. Impacto del caravaneo prehispánico tardío en Santa Bárbara, Alto Loa. En Actas del xiii Congreso Nacional de Arqueología Chilena, vol. 1, pp. 185-202. Antofagasta: Sociedad Chilena de Arqueología-Universidad de Antofagasta.
Berenguer, J. 1998. La iconografía del poder en Tiwanaku y su rol en la integración de zonas de frontera. Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino 7 (1): 19-37.
Berenguer, J. 2004. Caravanas, interacción y cambio en el desierto de Atacama. Santiago: Sirawi Ediciones.
Berenguer, J., C. Aldunate & V. Castro. 1984. Orientación orográfica de las chullpas en Likán: la importancia de los cerros en la Fase Toconce. En Actas del xiiv Congreso Internacional de Americanistas, B. Bittmann, ed., pp. 175-220. Santiago: Universidad del Norte.
Berenguer, J. & J. L. Martínez 1986. El río Loa, el arte rupestre de Taira y el mito de Yakana. Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino 1: 79-99.
Berenguer, J. & G. Pimentel 2017. Introducción al estudio de los espacios internodales y su aporte a la historia, naturaleza y dinámica de las ocupaciones humanas en zonas áridas. Estudios Atacameños 56: 3-11.
González, C. 2020. Homenaje al Dr. José Berenguer Rodríguez. Chungara, Revista de Antropología Chilena 52 (3): 373-375.
Nielsen, A. E. 2000. Andean caravans. An Ethoarchaeology. Ph.D. Dissertation in Anthropology, University of Arizona, Tucson, usa. Ann Arbor: University Microfilms.
Sinclaire, C. 2018. José Berenguer. En Encyclopedia of Global Archaeology, C. Smith, ed., pp. 1-3. Cham: Springer.