Una muy buena noticia sobre la revista y ocho artículos sobre arte precolombino, arqueología y etnohistoria sudamericana

JOSÉ BERENGUER RODRÍGUEZ

En mi presentación del Número 2 del Volumen 25, el año recién pasado, junto con comunicar la alianza suscrita entre el Museo Chileno de Arte Precolombino y la Universidad Adolfo Ibáñez para editar esta revista, informaba que esta, a contar del presente año, pasaría a denominarse Boletín de Arte Precolombino. Sin embargo, hemos juzgado prudente esperar las mejores condiciones que garanticen el buen nivel de indización que actualmente tiene la publicación, su factor de impacto y su posición en los ránquines de publicaciones.

Dicho lo anterior, no hay lugar más indicado que esta Presentación para comunicar la siguiente buena noticia. Acabamos de conocer la versión 2021 de SCImago Journal and Country Rank (https://www.scimagojr.com/), que muestra el excelente lugar en que se sitúa el Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino. La revista está posicionada primera en América Latina en cuatro categorías temáticas: Archaeology, Archaeology and Humanities, Anthropology, and Visual Arts and Performing. En Visual Arts and Performing, se encuentra en el séptimo lugar en el mundo, en un universo de más de 500 revistas, y primera en el mundo en el concierto de las revistas Open Access. Mediante el indicador SJR, que ranquea las revistas considerando la reputación de las revistas citantes, nuestra publicación se halla clasificada en Q1 (Cuartil 1) en las cuatro categorías mencionadas. Por otra parte, en las áreas temáticas Social Sciences y Art and Humanities, está situada en el primer lugar en América Latina, y como la revista de más alta reputación internacional editada en Chile. Es decir, el Boletín es hoy por hoy uno de los mejores destinos de publicación para los trabajos en estas categorías temáticas. Tomamos estos logros con la debida humildad, sabiendo que habrá que redoblar los esfuerzos para mantenerse en estas posiciones, y reconocemos que todo esto se debe a la confianza depositada en nosotros por los investigadores, la colaboración seria y comprometida de los evaluadores y el trabajo profesional del equipo editorial.

El presente número comienza con un artículo de Alberto E. Pérez que describe y analiza una serie de artefactos, ecofactos y estructuras de granito –identificadas como menhires, kollones y oráculos− de los mapuches del siglo pasado y antepasado en la cuenca Lácar, Patagonia noroccidental de Argentina. Sostiene el autor que estas caracterizaciones posibilitan ir más allá de las dimensiones económicas y de subsistencia que han prevalecido en la arqueología de la región, permitiendo identificarlas y proyectarlas al pasado, tanto al paisaje y sus recursos como a las diversas interacciones entre las poblaciones que habitaban este territorio. El artículo siguiente es una investigación de Lisandro G. López y Mario J. Silveira en el suroeste de la provincia del Neuquén, Argentina, que muestra los resultados de un análisis de la distribución espacial y las condiciones de acceso de los sitios arqueológicos con arte rupestre en la ambientalmente heterogénea cuenca del lago Traful. Justamente, por esta heterogeneidad −sugieren los autores− su ubicación no obedecería a un patrón específico, sino a las relaciones entre el calendario socioritual de los cazadores-recolectores y sus sistemas de movilidad y de asentamiento-subsistencia.

Basados en información etnohistórica sobre la existencia de quipus en Chile central y la Araucanía, y de registros de petroglifos en Chile central y Neuquén en Argentina, José Manuel Zavala et al. postulan la presencia del quipu o pron mapuche en tiempos prehispánicos, sugiriendo su asociación con la guerra. En el caso de aquella porción de territorio mapuche que estuvo bajo dominio inka, los autores insinúan que las representaciones de estos dispositivos en grabados rupestres se vincularían a rutas de tráfico y a yacimientos mineros.

Entendiendo el estilo y la disociación de sus “referentes culturales” como una instancia activa que se vincula con la agencia artesanal/artística y los contextos sociopolíticos, el artículo de Nicole Fuenzalida discute y reflexiona acerca de los ‘lentes’ que, en clave colonial-civilizatoria, operan en el concepto de Estilo Alfarero (local, cuzqueño y Diaguita) enmarcado en la expansión de los inkas en Chile central. Su autora sugiere que, aun cuando las comunidades incorporaron nuevos estándares tecnológicos y pautas de diseño, se observan en la alfarería no solo principios de exclusión en su estilo de vida tradicional que son atribuibles a la práctica colonial del estado Inka, sino también a las propias comunidades locales en su empeño por persistir y resignificar el nuevo orden.

Desde una aproximación focalizada en el análisis estilístico, contextual y espacial, Amanda E. Ocampo y Mirella S. Lauricella ahondan en la configuración asumida por el arte rupestre de Quebrada de Las Cañas, una localidad arqueológica del valle de Santa María, en el Noroeste Argentino. De acuerdo con las autoras, los resultados de su investigación muestran un proceso de producción a lo largo del tiempo que cuestiona las propuestas que a este respecto han sido tradicionalmente postuladas para el área.

En su reporte de investigación, María Florencia Becerra et al. analizan más de un millar de cuentas del área septentrional de la provincia de Salta, Argentina, identificando materias primas como toba, pizarra, vidrio conchas de moluscos y minerales, en el caso de 27 de ellas identificando turquesa, sodalita y ópalo, y modificando clasificaciones anteriores sobre la base de datos geoquímicos y observaciones macroscópicas. El reporte incluye una evaluación de las posibles fuentes de aprovisionamiento.

Mientras la inmensa mayoría de los trabajos sostiene que los adoratorios de altura son exclusivamente del Período Inka, Alejandro Ferrari et al. argumentan que la historia de Uña Tambo, un adoratorio del norte del Valle Chalchaquí, Argentina, comienza a principios del Período Intermedio Tardío, prolongándose su actividad hasta la ocupación inkaica. El reporte incluye análisis de la arquitectura, la cerámica y las fechas radiocarbónicas de materiales recuperados en la excavación.

Cerrando el presente número, Richard L. Burger describe un conjunto inédito de pacchas cusqueñas con cámara en forma de anillo y gollete vertical corto, tanto de la Colonia como de los siglos xix y xx. Como todas las vasijas de este tipo, las pacchas anulares se emplearon en libaciones rituales y continuaron expresando elementos de la cosmología prehispánica mucho después de ocurrida la conquista española. Su forma y la representación de amaru, la legendaria serpiente de la cosmovisión andina, indicarían un papel en los rituales de la lluvia y la fertilidad.